Hacernos amigos de la actividad física al empezar un camino de pérdida de peso puede llevar cierto tiempo, e incluso puede que esa relación no surja de manera natural.
Cuando estás construyendo una relación con el ejercicio, tal vez sientas amor a primera vista con una actividad nueva por lo que lo quieres incorporarla inmediatamente a tu rutina —el incremento de endorfinas que experimentaste puede ser tan adictivo que no ves la hora de regresar a hacer actividad física—. O quizás, a pesar de no haber encontrado una motivación intrínseca —motivación que proviene del interior y nos impulsa a hacer algo por el simple gusto de hacerlas— para hacer ejercicio, buscas compensar los fines de semana libres o días de vacaciones realizando actividad física y diciéndote: “Si me esfuerzo unos días, podré recuperar lo perdido”.
Si bien hacer actividad física es bueno para nuestra salud, puede que no siempre obtengas los resultados esperados a pesar de hacer un esfuerzo adicional, y eso puede deberse al sobreentrenamiento. Nuestro cuerpo necesita un balance, por lo que exigirlo al máximo hará que no reaccione como lo deseamos. De la misma manera que necesitamos relajarnos para recuperarnos de una situación estresante, nuestro cuerpo necesita tiempo para descansar y sanar luego de hacer ejercicio.
Con el paso del tiempo, cuando el cuerpo no logra descansar adecuadamente, ciertas hormonas pueden empezar a sentirse confundidas (específicamente testosterona y cortisol), provocando una pérdida de masa muscular y acumulación de grasa. También, como consecuencia por la falta de variedad y descanso, el cuerpo se fatiga y ralentiza el progreso para contrarrestar los efectos del sobreentrenamiento.
Para ayudarte a identificar el sobreentrenamiento, te compartimos algunas posibles señales del mismo:
- Aumento de peso a pesar de realizar mucho ejercicio;
- fatiga excesiva;
- dificultad para conciliar el sueño;
- disminución de la atención y/o concentración;
- pérdida de interés en entrenar a pesar de que te presiones a hacerlo;
- incapacidad para volver a lograr resultados del pasado, tanto de fuerza como de resistencia;
- más inflamaciones;
- aumento de la frecuencia cardíaca en reposo.
Si identificas algunos de estos síntomas del sobreentrenamiento, intenta agregar períodos de descanso al momento de programar tus ejercicios —escuchar a tu cuerpo es una excelente manera de saber qué tanto descanso estás necesitando—. Para obtener los resultados que tanto deseas es importante que le des a tu cuerpo tiempo para descansar, permitas que las inflamaciones sanen por sí solas, recuperes tus niveles de energía, normalices tu frecuencia cardíaca en reposo y encuentres la motivación intrínseca de hacer ejercicio.
Ten presente que tomar un descanso y recuperarse no necesariamente significa estar recostado en el sillón o no hacer nada durante todo el día, sino que, actividades tales como dormir adecuadamente, salir a caminar o hacer estiramientos son esenciales para una buena recuperación. Escucha a tu cuerpo y sus necesidades, y regálale el tiempo que requiere para que puedas construir una relación saludable con el ejercicio.