¿Has incrementado el consumo de alcohol en las últimas semanas? Según un estudio, el 50% de las personas han visto algún compañero de trabajo compartir demasiado después de beber en una fiesta, y el 60% ha visto a un miembro de la familia actuar de manera inapropiada después de beber en un evento familiar.
De hecho la OMS comparte que: «Las personas deben minimizar su consumo de alcohol en cualquier momento, y en particular durante la pandemia de COVID-19». Además, también sugiere evitar el alcohol por completo, para que tu sistema inmunitario y tu salud no se debiliten, ni arriesgues la salud de los demás.
Pero esto no significa que el alcohol sea malo. Como el Dr. John M. Grohol, psicólogo y editor de PsychCentral.com compartió en Forbes: “Cuando se hace con moderación, beber puede ser un componente positivo de cualquier reunión. Puede ayudar a las personas a relajarse y, para muchos, aliviar el estrés «. Incluso podría ofrecer beneficios potenciales para la salud del corazón (con moderación, por supuesto).
Pero la gran pregunta para aquellos que están tratando de mantenerse en forma: ¿se puede beber y aún perder peso?
Considera las calorías
Como todos los macronutrientes, el alcohol tiene calorías. Tiene siete calorías por gramo. De hecho, es más denso en calorías que los carbohidratos y las proteínas que tienen 4 calorías por gramo, pero menos denso que las grasas que son 9 calorías por gramo.
Además, a diferencia de las grasas, proteínas y carbohidratos saludables, el alcohol no es exactamente una parte necesaria de una dieta equilibrada. Esencialmente, beber alcohol agrega calorías vacías a tu dieta, y además, no ayuda a que te sientas más lleno.
¿Eso significa que nunca puedes tomar una copa de vino? ¡Por supuesto que no! La planificación es importante. Buscar tu equilibrio te ayudará a que puedas permitirte esa copita de vino. Siempre que hayas planeado con anticipación, no hay razón para que una bebida o dos descarrilen tu progreso.
Comprender los tamaños de las porciones
Si decides beber, es importante que entiendas exactamente cuántas calorías estás consumiendo. A continuación, te proporcionamos algunas medidas estándar de bebidas y su valor calórico.
- 12 onzas (355 mL) de una cerveza ligera: 100 calorías
- 16 onzas (473 mL) de una cerveza ligera: 150 calorías (Nota: esto es más de una sola porción de alcohol)
- 12 onzas (355 mL) de una cerveza regular: 180 calorías
- 16 onzas (473 mL) de una cerveza regular: 250 calorías (Nota: esto es más de una sola porción de alcohol)
- 5 oz. vino (148 mL), 1 vaso de tamaño estándar: 120 calorías
- 1.5 oz. licor (44 mL), 1 trago de tamaño estándar: aproximadamente 100 calorías
Si estás bebiendo licor y eres de los que le agregas alguna otra bebida, ten en cuenta también sus calorías. El jugo de frutas, los refrescos y las mezclas de cócteles (mezclas agridulces, mezcla de margarita, mezcla de daiquiri, etc.) pueden agregar mucho azúcar y calorías.
Controla tus elecciones
Los científicos han demostrado que beber nos hace querer comer, específicamente, queremos comida chatarra y la queremos en ese mismo momento. Básicamente, la bebida juega con tus niveles de azúcar en la sangre, haciendo que tu cuerpo anhele calorías rápidas y fáciles en gran cantidad (Lee: Alimentos procesados ). Además, beber nos relaja, es decir, somos más propensos a decir «¿a quién le importa?» Pero realmente, ¡sí nos importa! Sobretodo, a nuestras intenciones de alimentación saludable. Beber puede hacerte más propenso a tomar decisiones que se distancian de los hábitos que vienes trabajando activando así la alimentación inconsciente, como por ejemplo comer pizza a altas horas de la noche con los amigos.
Esa es una poderosa combinación de factores, pero no significa que comer comida chatarra sea inevitable. Para empezar, puedes comer antes de beber, para que tu cuerpo tenga algunos suministros de azúcar. También puedes planificar un refrigerio saludable con anticipación, para que sea menos probable que elijas opciones poco saludables. Y finalmente, evita crear o perpetuar el hábito poco saludable de beber y comer alimentos poco saludables; coordina con un/a amigo/a para evitar pedir pizza a domicilio, por ejemplo. O haz un esfuerzo consciente para mantenerte lo suficientemente sobrio como para rechazar unos deliciosos nachos. Las primeras veces es más difícil, pero con la práctica debilitarás la conexión mental entre el consumo de alcohol y la comida chatarra.
Templa tu ingesta
Por supuesto, la forma más fácil de consumir menos calorías cuando se bebe es beber menos. Puedes hacer esto de varias maneras:
- Bebe con menos frecuencia: puedes seguir bebiendo como lo hacías antes de iniciar tu camino hacia un estilo de vida más saludable (suponiendo que no te pones en peligro ni pones en peligro a nadie), solo házlo con menos frecuencia. Intenta ir reduciendo el consumo semana a semana, hasta que puedas mantener tu presupuesto de calorías.
- Beber menos en cada ocasión: si todavía quieres relajarte todos los viernes después del trabajo, está bien. Intenta reducir la cantidad semana a semana, hasta que consigas solo consumir una o dos bebidas.
- Intercambia bebidas altas en calorías por bebidas bajas en calorías: si las dos opciones anteriores no te funcionan, intenta cambiar tus margaritas por otra alternativa de menor aporte calórico, o cerveza normal por cerveza ligera. Estos intercambios pueden ahorrarte 100 calorías o más por bebida.
- Pero no olvides cuál es la mejor manera de mantenerte bien hidratado/a. ¡El agua! No solo te ayuda con tu hidratación diaria sino que además de mantenerte saciado/a puede ayudarte a consumir menos alcohol. Prueba bebiendo entre copa y copa un vasito de agua. Verás como poco a poco vas reduciendo el consumo de calorías.
Aquí hay algunos consejos más para mantener un estilo de vida saludable. Y recuerda, si te excedes un poco, está bien. Estás trabajando duro durante este proceso de pérdida de peso y mereces un tiempo para relajarte. Solo asegúrate de seguir registrando, divertirte pero a la vez cuídate.
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