Todos tenemos un mal hábito (o hábitos …) que deseamos romper. Desafortunadamente, romper un mal hábito, no es tan simple, pero con un poco de determinación, es posible.
Hay una razón por la cual los hábitos son difíciles de romper. La mayoría de nuestros hábitos son buenos para nosotros, nos permite que nuestro cerebro complete ciertas tareas en un estado de piloto automático. Esto, libera tiempo para otras cosas importantes como; la toma de decisiones, la creatividad y el reaccionar rápido. Pero el cerebro no discrimina entre buenos y malos hábitos; una vez que algo se convierte en una rutina, ya sea útil o dañina, tu cerebro lo realizará automáticamente, lo que dificulta el romper con ese hábito.
Algunos pasos que pueden ayudarte a romper esos malos hábitos son:
Paso 1: identificar el hábito
Todos los hábitos tienen un propósito. Cepillarse los dientes a primera hora de la mañana, previene las caries. Detenerse en una luz roja, evita accidentes automovilísticos y comer panecillos cuando te siente mal, puede brindarte un sentimiento de felicidad. Para realizar mejoras positivas, comienza identificando el hábito problemático y la causa subyacente.
Paso 2: Reemplazarlo
Una vez que hayas identificado un hábito y su desencadenante, encuentra algo positivo que lo sustituya. Si comes para relajarte después de un largo día de trabajo, reemplaza la comida con una buena caminata o yoga. Si te muerdes las uñas, prueba masticar chicle. Si fumas para aliviar el estrés, intenta la meditación.
Paso 3: Mantén el compromiso
Una vez que hayas decidido abandonar un hábito y reemplazarlo con algo positivo, escríbelo. Llevar un diario de tu progreso puede ayudarte a organizarte y sirve como un marcador de progreso. Si estás verdaderamente comprometido a hacer que tus nuevos hábitos positivos se mantengan, completa un nuevo hábito diariamente durante 30 días. Mientras más consistente seas, más fácil será de continuar.
Paso 4: prepárate para enfrentar obstáculos
A través de este proceso, es importante recordar que los hábitos son hábitos por una razón: sirven a un propósito y nuestra mente está entrenada para completarlos con poco o ningún esfuerzo. Sé amable contigo mismo y sé paciente; todos tus intentos de cambiar tus hábitos no tendrán éxito de inmediato. Espera golpes en el camino, pero continúa avanzando. En caso de duda, piensa de manera positiva. Si estás a punto de terminar y el único pensamiento en tu cabeza es «No puedo hacer esto …», hazlo de forma positiva. «No será fácil, pero puedo hacerlo”.
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