Cuando sentimos ansiedad, parece como si nuestro cerebro fuera una computadora/un ordenador con un virus: Se apaga y deja de funcionar óptimamente. A veces, la ansiedad también provoca sensaciones físicas incómodas en otras zonas del cuerpo: Aumento del ritmo cardíaco, sudoración y náuseas, por mencionar algunas.
Sin embargo, al igual que ocurre con tu computadora/ordenador, una vez que identificas las causas de origen, es posible que una actualización (acción) para solucionar los asuntos ya identificados, te permita volver a funcionar eficazmente.
Noom ha reunido las tres causas más comunes de la ansiedad, y algunas formas de trabajar para evitar las situaciones que provocan preocupación cuando sea posible.
Causas físicas de la ansiedad
Cuando piensas en las causas de la ansiedad, puede que no lo relaciones inmediatamente con factores físicos. Al igual que un técnico en informática puede ayudarte a comprobar el hardware (componentes físicos y tangibles) de tu computadora/ordenador, hay muchos factores físicos que pueden causarte esa ansiedad, los cuales puedes considerar hablar con tu médico.
Por ejemplo, los efectos secundarios de los medicamentos y los niveles de azúcar en sangre pueden contribuir a la ansiedad o ser la causa de origen. Tanto la deshidratación o la ingesta de alimentos a los que puedes ser sensible o alérgico, también pueden ser factores que contribuyen. Aunque algunos de estos problemas pueden no estar bajo tu control directo, puedes trabajar con tu médico para que juntos creen un plan que te permita reducir estas complicaciones físicas.
Al mismo tiempo, hay muchos aspectos físicos que pueden tener un gran impacto en tu estado de ánimo y tu salud. Los más conocidos son el ejercicio físico, el sueño y el autocuidado. Al igual que tu computadora/ordenador y su software (componentes lógicos, no tangibles, para la realización de tareas específicas) necesitan actualizaciones periódicas, tu cuerpo también necesita un tiempo para descansar, renovarse y hacer cambios.
Por otra parte, cuando te sientes ansioso y estresado, puede resultar fácil recurrir a mecanismos de defensa poco saludables. Piensa en la cafeína, el alcohol, el sueño e incluso la comida. Cuando estos mecanismos de defensa no se utilizan conscientemente, suelen potenciar los síntomas de ansiedad a largo plazo en lugar de mejorarlos, aunque a primera vista parecen proporcionar una solución rápida.
Causas ambientales de la ansiedad
¿Alguna vez has intentado trabajar en tu computadora/ordenador y te has dado cuenta de que tienes muchas pestañas abiertas en el escritorio y demasiadas cosas en marcha para que funcione óptimamente? La vida también puede ser así, y cambiar tu configuración y entorno puede ser primordial para evitar la ansiedad.
La resolución de problemas puede ser, a menudo, la clave para manejar los desencadenantes ambientales. Cuando te sientas más tranquilo, pregúntate qué es lo que te provoca ansiedad de tu situación actual y si hay algún cambio que pueda hacerse en ella. Por ejemplo, si tu trabajo te desborda, ¿podrías pedir ayuda, cambiar de puesto o quizás buscar un nuevo trabajo?
Asimismo, la gestión del tiempo puede ser una causa ambiental de la ansiedad. Si estás muy ocupado, intenta agrupar algunos hábitos para hacer más espacio en tu agenda. Por ejemplo, si necesitas reducir el estrés, puedes dar un paseo mientras escuchas música inspiradora o un podcast para hacer ejercicio y estimular tu estado de ánimo.
La priorización puede ser otro paso importante para reducir la ansiedad. Tómate unos minutos para pensar en lo que te podría interesar dentro de un mes, un año o incluso 5 años. Una vez que identifiques qué podría interesarte y por qué (motivo), puede ser más fácil dejar pasar algunas cosas y cerrar algunas de esas «pestañas» para tu bienestar mental.
Causas psicológicas de la ansiedad
En ocasiones, a pesar de hacer un montón de ajustes en tu escritorio y cuidar de forma espectacular el hardware y el software, tu computadora/ordenador sigue sin funcionar de manera óptima. Lo mismo puede suceder en la vida.
También, es cierto que a veces el mundo te regala experiencias dolorosas, cosas que pueden causar pena o incluso trauma. Es comprensible y bastante normal que, cuando la vida ha sido muy difícil, sientas cierta ansiedad. Además, puede que no haya literalmente NADA que puedas hacer para cambiar las cosas que han sucedido. Cuando parece que tienes poco control, puede ser muy valioso detenerse y evaluar cómo estás planteando tu situación actual. Por ejemplo, enfocarse en los «qué pasaría si…» en lugar de «lo que es», puede ser una trampa fácil de caer. Sin embargo, si observas tu situación actual desde una perspectiva nueva o diferente, te detienes y utilizas técnicas de atención plena, puedes encontrar el disfrute dondequiera que estés.
Si bien no es tarea fácil, puedes cambiar tu discurso según cómo respondes a los limones que la vida te ha dado. Cuando encuentres una forma de procesar y aceptar lo que no puedes cambiar, podrás empezar a ver la vida como un gran experimento, en la cual aprendes, cambias y creces sobre la marcha. Si decides no hacer limonada con tus limones, quizás puedes preparar un aderezo de semillas de amapola y limón para tu ensalada, ¡o lo que más te guste o necesites en ese momento!
No siempre es posible observar diferentes perspectivas y procesar lo que está ocurriendo en el momento preciso que se está experimentando la ansiedad, especialmente cuando el sentimiento de «lucha o huida» se ha activado. Para esas situaciones, puede ser de gran ayuda tener ejercicios de respiración y técnicas de relajación a mano para regresar a tu centro.
A grandes rasgos, solo tú sabes lo que está fuera de los límites de lo «normal» para ti. Si crees que tu ansiedad es algo que no puedes controlar con las técnicas que hemos mencionado anteriormente, puede ser el momento de acudir a un profesional, como un terapeuta o un médico, para que te ayude. Al igual que puedes necesitar llamar a un técnico informático cuando tu computadora/ordenador no funciona óptimamente, está bien pedir un poco de ayuda adicional cuando tienes problemas que van más allá de tu experiencia o conocimientos.
¿Necesitas más ideas sobre cómo abordar tu ansiedad y estrés de forma saludable mientras trabajas para conseguir tus objetivos? ¡Noom puede ayudarte!