En nuestra sociedad de ritmo rápido, donde la productividad es altamente valorada y la gratificación instantánea es codiciada, puede ser muy difícil alejarse, desconectar y simplemente sentarse en silencio con uno mismo. Podríamos discutir los beneficios de la meditación para convencernos de la importancia de esta práctica, pero si estás leyendo este artículo, es probable que ya tengas una sensación intuitiva de que esta práctica te beneficiará y estás listo para simplemente sentarte e iniciar. De forma general, dedicamos cada minuto de nuestro día al mundo externo. ¿Qué pasaría si tomamos ese enfoque y lo llevamos hacia adentro? La única forma de averiguarlo es con una rutina de meditación.
Sin embargo, aun sabiendo que puede ser bueno para nosotros, para muchos iniciar puede representar un desafío. Con la meditación, ésto es especialmente cierto; ya que esa parte de nosotros que quiere ver resultados y sentir gratificación, no se conforma con simplemente estar presente, ser. Nuestras mentes juegan todo tipo de trucos y ponen excusas para convencernos de que hay una mejor manera de pasar nuestro tiempo. Es por eso que queremos compartir con vosotros algunos consejos para cultivar la conciencia y comenzar a conocer quiénes somos realmente.
Comienza con 5 minutos
Una buena forma de iniciarse a la meditación es empezando poco a poco. No importa cuán ocupados estemos, siempre podemos encontrar cinco minutos ¿cierto? Al decirnos: «¡Solo son cinco minutos!», nuestras mentes ocupadas dan mucha menos resistencia a la idea. Por lo general, empezar con solo cinco minutos suele ayudar y llevar a una práctica más larga a medida que nos vamos relajando.
Empieza o acaba el día meditando
Otra idea es utilizar la meditación para empezar o finalizar el día. Al despertar y meditar, la intención de tu día comienza con aprender a estar más presente con la familia, amigos, compañeros de trabajo y contigo mismo/a. Por la noche, en cambio, nos permite relajarnos, y soltar todo lo que sucedió durante el día. Sin embargo, no importa a qué hora del día elijas meditar, lo importante es que te mantengas constante.
Encuentra el tiempo y el espacio
Revisar nuestros horarios y reservar un espacio para una rutina de meditación diaria o semanal, establecer un área de la casa, oficina, estudio, un lugar que sea tranquilo que nos permita relajarnos sin interrupciones, son estrategias de mucha ayuda para empezar una rutina de meditación. También puede ser muy útil instalar cojines o una silla, o incluso podemos hacer un altar colocando una mesa justo al frente con fotografías y elementos que nos ayuden a inspirar. Hacer que el espacio sea acogedor es importante para que nos sintamos motivados a iniciar. Incluso velas, incienso, un difusor, cualquier cosa que nos permita relajarnos y sentirnos tranquilos.
No lo dudes … ¡medita!
Tan pronto como el deseo de meditar aparezca en nuestras cabezas, podemos ir directamente a ese lugar tranquilo y comenzar la práctica. Dar espacio a la duda puede llevarnos al autoconvencimiento de que hay “mejores” cosas que podemos hacer en su lugar.
Es útil recordar que la meditación no es fácil. ¡A veces podemos entrar en contacto con partes de nosotros mismos que hemos reprimido, pensamientos que no son agradables sobre nosotro mismos u otros. Si nos sentimos desanimados o insatisfechos, es importante recordar que esta práctica no se trata de mejorar, se trata de aceptar. No se trata de avanzar, se trata de llegar a nosotros mismos, aquí y ahora.
Si deseas iniciarte, Coach Majo nos comparte una meditación guiada en este video. El cual te ayudará a calmar la mente y el cuerpo.
Si necesitas más información contacta a uno de nuestros coaches, Noom.