5 maneras para preocuparse menos

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Preocuparse es normal. Es una reacción natural cuando tenemos una reunión importante o cuando uno de nuestros seres queridos se encuentra enfermo. Para muchos de nosotros, esto puede llegar a convertirse en algo de nuestro día a día – tanto es así que tengamos que afrontar cada obstáculo con preocupación. Las posibilidades de preocuparnos a […]

Preocuparse es normal. Es una reacción natural cuando tenemos una reunión importante o cuando uno de nuestros seres queridos se encuentra enfermo. Para muchos de nosotros, esto puede llegar a convertirse en algo de nuestro día a día – tanto es así que tengamos que afrontar cada obstáculo con preocupación.

Las posibilidades de preocuparnos a diario son elevadas. De esperar a que las cosas vayan mal, a ser incapaz de sacarte de encima un error, a experimentar cierta culpa por una conversación o evento. Todos hemos estado ahí.

La buena noticia es que, una vez lo reconocemos, podemos manejarlo. El primer paso para hacerlo es ciertamente dando un paso hacia atrás y hacerte algunas preguntas a ti mismo. «¿Esto es cierto? ¿Estoy exagerando la situación? ¿Este evento/sentimiento es por algo que yo hice o dije?

¡Si tus respuestas son «sí», está bien! Aquí hay cinco maneras con las cuáles puedes trabajar para disminuir tu preocupación.

1. Haz una lista de tareas

Algunas veces la raíz de nuestras preocupaciones radican en no priorizar adecuadamente o tener demasiadas cosas pasando al mismo tiempo. Escribe una lista de todas las cosas que tienes que hacer hoy o durante la semana y establece el orden de importancia (el cual puede implicar algunas modificaciones, borrar y añadir otras y eso ¡Está bien!). Un vez tengas tu lista preparada, puedes abordar cada una de las cosas por hacer, una a la vez. Cuando las termines, disfruta marcando cada tarea realizada.

2. Estírate

Frecuentemente almacenamos emociones negativas en nuestro cuerpo. Toma algún tiempo para estirar esas áreas en donde se almacena la tensión. Así podrás conseguir enfrentar con mayor tranquilidad y actitud positiva las dificultades que surjan.

3. Reconocer la preocupación, escucharla y oír que te dice

Cuando la preocupación no está asociada a algo que tienes que hacer, esta puede ser que surja de creencias negativas que tienes sobre ti mismo o tus habilidades. Pregúntate a ti mismo cuál es el problema real y por qué estás tan seguro de que no puedes hacer esa cosa que tienes que hacer. Trata de indagar en el verdadero motivo detrás de tu preocupación. Una vez que logres identificarlo podrás lidiar mejor con esto y trabajar en el mismo.

4. Desarrolla afirmaciones saludables

Tu preocupación puede ser el resultado de un patrón de negatividad. ¡No dejes que esos pensamientos negativos tomen lo mejor de ti! En cambio, desarrolla tres pensamientos o afirmaciones positivas que refuercen tus metas y habilidades. Algunos de nuestros ejemplos favoritos son: «Soy totalmente capaz de lograr cualquier cosa que ponga en mi mente”  o «Estoy en control de mi vida» o «Yo puedo hacer que suceda.»

5. Ampliar un poco la perspectiva

No te ahogues en un vaso de agua por cosas que no te tienes que preocupar – más fácil decirlo que hacerlo, ¿cierto? Detente por un segundo y recuerda que eres humano y que estás haciendo tu mejor esfuerzo. Lo que sea que esté pasando, habrá alguien que pueda ayudarte si lo necesitas y siempre habrán cosas que puedas hacer para mejorar tu situación.

La preocupación y el estrés son cosas que todos enfrentamos en nuestro diario vivir. Con estos consejos en mente, esperemos que ahora estés mejor preparado para afrontar las preocupaciones y así poder sobrepasar las mismas.  

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