¿Te ha pasado alguna vez eso de tener un día casi perfecto? Te encuentras con todas las luces verdes de tránsito en tu camino, tu jefe decide reducir tu carga de trabajo en un 24%, ¡solo porque sí!, tu pareja te espera con la cena lista y todos tus hijos deciden irse a dormir media hora antes sin pelear. ¿Te ha pasado algo como esto? No… a mí tampoco.
La verdad es que la vida no siempre es ordenada, y algunos días son mucho más complicados que otros. Desde una pequeña distracción (¿dónde están mis llaves?) hasta la noticia poco feliz que te da el dentista (¿estás diciendo que los tres niños necesitan frenillos?). Esos son los momentos en los que es fácil perder la motivación y omitir tu entrenamiento, o cenar una bolsa de papitas, dulces y vino.
¡Hay otras formas de aumentar tu motivación cuando las cosas se ponen difíciles! Te compartimos algunas maneras que puedes probar antes de decidir comprar la bolsa de papitas y el helado.
Encuentra el humor
El comediante norteamericano Jerry Seinfeld construyó su carrera poniéndole humor a lo rutinario. Si él pudo construir una carrera de 9 años en la televisión con un programa sobre cosas triviales de la vida, entonces ¡tu crisis de 2 horas podría ser digna de una temporada de comedia! Vuelve a escribir el guión en tu cabeza para que conviertas tus lágrimas de frustración en lágrimas de alegría. ¿Cuántas veces has pensado en el pasado y has visualizado momentos que fueron devastadores como momentos graciosos? El solo hecho de saber que el tiempo y la distancia convertirán tu estrés actual en una historia divertida puede quitarte la tensión y aumentar tu motivación.
Suéltalo
Regálate una sesión de gritos. ¡Funciona! Sal y deja ir tu frustración, o toma una almohada y suelta a tu bestia interior. Retener o encerrar tu lucha solo le otorga más poder. Déjalo salir, deshazte de él para siempre y grita.
Sube el volumen a la música
Sabes que tienes esa canción poderosa, la que siempre te hace sentir bien, fuerte y listo para enfrentarte al mundo. Ya sea música clásica, salsa o una mezcla de ritmos, canta, muévete, baila y mira cómo cambia tu estado de ánimo. Con la banda sonora adecuada, ¡puedes vencer cualquier desafío que la vida te presente!
Recita tu mantra
Es bueno tener una frase que te vuelva a poner en contacto con tu verdadero poder de control. Digamos que tu razón para estar saludable es tener confianza y vivir una vida llena de aventuras, entonces tu mantra podría ser algo así como: «Soy poderoso y resuelvo todos los desafíos» o «Con el desafío viene el cambio, y con el cambio viene la oportunidad ”. Ten tu mantra al alcance y repítelo cuando lleguen los tiempos difíciles.
Apártate
… literalmente. Un buen paseo por tu cuenta o con un ser querido es una excelente manera de alejarse del estrés y volver a enfocar tu mente. Darse algo de tiempo y espacio generalmente hace que el drama sea menos dramático.
Déjalo ir
Parece simple, aunque lo cierto es que pasamos mucho tiempo preocupándonos por cosas que no podemos controlar. Hay algunas cosas que simplemente están fuera de tu control y para que tu puedas avanzar es necesario hacer las paces con esta idea y aceptarla.
Háblalo
Cansa la oreja de alguien. Tu pareja, un amigo de confianza, la foto de Enrique Iglesias que has pegado con cinta adhesiva en el interior de la puerta de tu armario o incluso puedes hablar contigo mismo. El solo hecho de expresar tus sentimientos hace maravillas por tu calma interior.
Haz esto de manera positiva y productiva para obtener algo de alivio y conocimiento. Simplemente no dejes que lo que te preocupa te llene de estrés y baje tu motivación.
En la vida hay altas y bajas, pero eso no significa que tienes que desanimarte por todo lo que te pase. Un desafío momentáneo no puede deshacer el trabajo que has realizado en tanto tiempo. Haz una pausa por un momento, respira hondo y trabaja a través de él. Así es como construyes resiliencia, de modo que la próxima vez que la vida te lance limones, puedes decir: «Haré limonada».
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